El virus ébola pertenece
a una familia de virus conocida como “filoviridae”
o “filovirus”. Estos virus se
caracterizan por su forma larga y cilíndrica. Son virus pleomórficos, es decir,
que durante su ciclo aparecen de dos o más formas estructurales.
Cada virión (una
partícula de virus individual) consta de:
- Genoma: ADN o ARN, solo puede tener uno de ellos.
- Cápside: la cubierta externa del virus. Está formada por proteínas.
- Nucleocápside: la capa de proteínas que recubren al genoma.
- Membrana: la cubierta externa formada por lípidos procedentes de la célula en la cual se replica el virus. No está presente en todos los tipos de virus. Los virus que la presentan son menos estables que los que no.
En el caso del ébola, el
virión puede llegar a medir grandes longitudes (unos 0,5 micrómetros). Para
hacerse una idea, el espesor medio de un cabello humano es de 400 micrómetros.
Su diámetro es bastante uniforme (aprox. 80 nanómetros). Su nucleocápside tiene
unos 40-50 nanómetros de diámetro. Su genoma es un ARN lineal, formado por una
única cadena, que contiene información para la síntesis o fabricación de 7
proteínas:
- VP40, VP24 y GP: forman parte de la membrana.
- L, NP, VP35 y VP30: forman parte de la nucleocápside.
El proceso de replicación del virus pasa por varias fases:
- Anclaje
- Entrada: puede ser por:
a) Endocitosis: penetración de partículas al interior de la
célula.
b) Fusión de membranas.
c) Traslocación (cambio de posición de dos o más
nucleótidos de la secuencia de ADN o ARN) a través de la membrana.
3. Decapación: Destrucción de las capas de la célula.
4. Replicación de las proteínas: las primeras que se
replican controlan la siguiente fase del ciclo de replicación.
5. Ensamblaje y liberación del virus: causa
la muerte celular o las transforma en células malignas, como con el virus del
papiloma humano.
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